Óliver cumple 1 año, 8.760 horas, 525.600 segundos

30.03.2009
FELIZ SEGUNDO 525.600

El abuelo necesita 11 segundos para deleitarse y ver detenidamente las fotos de su
nieto. El "internabuelo" se bebe las imágenes y los vídeos del que hoy, 30 de marzo, cumplirá el segundo 525.600. Tu primer año de VIDA. ¡Dios mio! Qué poquitas letras y cuánto significado encierran. Óliver, "estás aquí para ser feliz", para no desperdiciar ni un sólo segundo de tu vida.

Has llegado a nuestras vidas con tu inocencia y tu alegría, tu risa contagiosa, a veces disparatada y escandalosa, el zarabateo de tu media lengua, tu pícara mirada delatando la picia que vas, o que ya has cometido, tus pequeños dedos recogiendo granos de maíz, trocitos de naranja, pan, galletas y lo que se tercie: todo para el ñau, ñau, ñao.

Tu ceño de Don Preocupado, tus traguitos de agua, y tu forma de entender la verticalidad de la jarra, bac, bac, bac, tu profunda mirada escudriñando el rostro de los desconocidos, tu espectáculo para divertir a todo un vagón de tren, el bamboleante caminar de tus primeros pasos, tus pucheros y tus sentidas lágrimas.

Cada segundo de tu vida es una aventura. Ya sabes quién es el Sr. Oso, las tortitas de la abuela, los lobitos, cómo come el perrito, al igual que la abeja Maya has descubierto que el aire puede tornarse en aire duro como el cristal, que los objetos son muy diferentes a los de la calle Pradillo, producen dolor y moratones (no será el último), tienes la habilidad de esconderte detrás de la fina pata de la mesa, tu babero se convierte en un gigantesco biombo y el tronco de un árbol es un escondite inexpugnable para ti.

La abuela dice que se te ha pasado limpiar el polvo de los alrededores y que la vida no es jauja. Te contaré que todas las noches me despierta una ráfaga de viento VIKINGO que me desliza en volandas hasta tu foto para saludarte al estilo VIKINGO, tres pequeños saltos al grito de ¡eeeiihh! ¡eeeiihh! ¡eeeiihh! apretando los puños con el pulgar hacia arriba. Vuelvo a la cama y sueño que tus manos moldean la misma arcilla que moldearon las manos de tu madre.

Esta noche cuando tu cumplías el segundo 525.133 de tu vida, me asegurabas que ayer era hoy y que hoy es mañana. Si, Óliver es cierto hoy es mañana. Hoy tenemos que vivir más que ayer y mañana más que hoy. Está claro hoy es mañana. Mi gran incógnita es que ya no sé a quien quiero más, si al ayer que es mi hija o al mañana que es el hijo del ayer.

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