Feliz Navidad 2008

Querida familia:

El viejo proverbio dice: "La familia y las estrellas, aunque no las veamos siempre, están ahí".

Mi hija María, recordando al tío Manolo, con trémula voz comentó: "A mí me parece que voy a encontrarlo sentado en la puerta del abuelo". A mí me ocurre más o menos lo mismo, me cuesta asumir la realidad y es que en el bául de la vida no podemos evitar que se cuele la tristeza. Sin embargo, frente a esa amargura y melancolía debemos pensar en algo noble y bello, para que la vida vuelva a ilusionarnos.

En estas fechas estamos obligados a rebuscar en ese baúl y encontrar la alegría de los días felices que hemos vivido. La sencillez, el bullicio en torno a la mesa; a pesar de lo anterior esto nos tiene que emocionar siempre. El vino, el cava, los turrones y demás viandas, los villancicos, los juguetes de la ilusión y del recuerdo, la tierna inocentada, el cariño, la comprensión... todo ello nos ayuda y sigue vivo como siempre. La alegría y la emoción la tenemos muy cerquita y los abuelos más. Está en el suspiro, en la risa, en el esfuerzo incansable, en el beso y abrazo espontáneo, en el garabateo de sus medias lenguas con los tec, tuc, tic, taca, ta, tuc, tac o el repetitivo burrrrrggggrrr.

Como veis, la clave de la felicidad no está ni en el lujo ni en la ostentación. Para lujo los crepúsculos de almíbar y los "dedos de rosa del amanecer".

Para terminar, vuelvo al proverbio, que viene a decir: disfrutad más de las estrellas y de la familia. A este deseo le sigue el de mucha salud para que nuestra vida sea larga con días emocionantes y noches serenas y placenteras.

Ósculos,
Cele, Chani y Óliver.

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