
El gusto y el olfato juntos, nos recuerda el humeante cabrito, el aroma del crujiente pan recién horneado, las abrasadoras patatas compuestas con su ajo refrito y pimentón, qué decir de la chanfaina, o las burbujeantes tortitas de masa doraditas en nutritiva aceite de oliva, el eterno puchero de café. Cuánto aroma y cuánto paladar compartido. Nuestro gusto y olfato son menos agudos, pero la Navidad tiene la magia de avivarlos.
¿Que decir del tacto? Tocarnos, sentirnos, achucharnos, lo hacen todos los animales, grandes y pequeños,incluso hasta los que tienen duras y afiladas garras. Imitemos a los animales, achuchemos, acariciemos, toquemos, mezamos la cuna que nunca abandonará nuestro cuerpo. Demos rienda libre al sentido del tacto.
En la fiesta de los sentidos me queda el sexto. El sentido común. Puede que a lo largo de nuestra vida lo perdamos en más de una ocasión. El paso del tiempo demuestra que lo que lo hizo perder era una chorrada como la copa de un pino.
La moraleja de esta felicitación me la dice mi sentido común: disfrutemos de lo mucho que nos dan los cinco sentidos, sin olvidarnos de perder el sexto.
Ósculos y achuchones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario