No hay palabras

Ignoro si puede existir alguien que sienta admiración por el periodista Eduardo García Serrano. Seguro que esa admiración no se debe al programa "La Verdad del Taxi". Cada vez que oigo al periodista, a los participantes y a la productora me quedo sin palabras.

No puedo nombrar lo que siento, nacen gestos, muecas de fastidio, el brazo grita, el puño se tensa, las cejas se arquean, se frunce el ceño, más ademanes, más gestos, más tensión, no hay palabras. "Quién cojoooo...", dice el pensamiento, el rostro se torna de gris marmóreo y los pies se convierten en patas de galgo. Para "La Verdad del Taxi" no hay palabras, sólo dicionarios y gestos.

Gracias Alfonsina por anunciar que pronto dejarás de pagar la producción de semejante bodrio. Eduardo García Serrano estará encantado de perderla de vista.

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