Querida familia:
Sin duda la Navidad es la mayor exaltación de cariño, amistad y agradecimiento. Música, cine, teatro, magia, cuentos, postales, conversciones, encuentros, abrazos y mucha, mucha alegría compartida. Gracias a ella a mí me permite recordaros y pasar un buen rato a vuestro lado, compartiendo aconteceres del diario trajín, que para hacerlo más llevadero aderezo de fantasía y los convierto en pequeños cuentos de Navidad.
Al inquieto viajero que escabulle la mirada a los lados como si se escondiera de algo o de alguien, me entretengo en imaginar que va o viene de una cita clandestina, de un juego ilícito, o simplemente que el taxímetro marca mucho más de lo que él lleva encima.
El somnoliento que cabecea y bosteza hasta el contagio, pienso que trabaja demasiado; una mala noche, o sencillamente sólo desea soñar, soñar que pronto tendrá un golpe de suerte y por fin podrá dormir, dormir a pierna suelta.
El viajero del otro lado del mundo, que cierra los ojos herido por los adornos, los recuerdos y la inmensa distancia, que frunce el ceño y aprieta los dientes con la mirada perdida.
La pequeña viajera acompañada de sus angustiados papás que, a borbotones, te piden, te suplican, te exigen que, rápido, que a toda prisa, que cuanto antes a Urgencias del hospital. Que se ha dado un mal golpe. Todo se pone en contra: semáforos, la doble fila, la carga, la descarga... Miras de soslayo a la niña y piensas que se va y que se queda, que ambos verbos sirven para el trance. Para rematar, han cambiado la puerta de Urgencias.
A menudo, querida familia, ocurre que el espíritu bueno de Navidad dura todo el año y te ayuda dando buen fin a la circunstancia o a la situación.
Al inquieto viajero le ocurre lo más normal; te confiesa que no lleva suficiente y que lo dejes en la próxima esquina. Movido por el espíritu navideño, le acercas hasta su destino y notas su mirada agradecida en el cogote. El sommnoliento se ha dormido del todo y, en sueños, susurra... "Hoy, hoy es mi día. Déjeme en el bingo que me espera el cartón trece. El trece es el día de la suerte".
El inmigrante se vuelve dicharachero y te espeta: "Amigo, ésta vez, sí; ahoritita sí, sí, este año veré salir el sol con los míos, mis viejitos. De modo que como canta el villancico: Ande, ande marimorenito, tire sin demora para el aeropuerto".
El cuerpo y la mente se me chafan cuando, por fin, en volandas, se llevan a la niña por la puerta de Urgencias. Deambulo sin rumbo trabajando, cuando el viajero me dice que alguien se ha dejado un gorro y una bufanda en el asiento trasero. Normal, con los nervios y las prisas...
Vuelvo a Urgencias con las prendas y la esperanza de saber... Me encuentro con el padre, que me abraza, que me cuenta que su niña ha respondido, que ha reaccionado, que lloró como cuando vino al mundo y que ya que he regresado, los retorne a casa. Volvemos y la niña, con la más dulce y tierna sonrisa, dibuja a los Reyes Magos en los empañados cristales.
El diccionario define a la felicidad como "estado de ánimo que se complace en la satisfacción de un bien". Añade sinónimos de "gusto, contento". Poca cosa para definir algo tan hermoso como los muchos y pequeños retazos que, a diario, suceden en nuestro entorno. Retazos envueltos en sueños, en ilusión, en agradecimiento, en alegría. Los mismos que os deseo para estas fiestas y para la nueva vuelta al sol, días intensos y noches sosegadas y placenteras.
De corazón,
Cele y familia. Feliz 2011
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Genial! una vez más acabo con los ojos llorosos, no sé cómo papá siempre lo consigue conmigo.
ResponderEliminarFeliz Navidad desde Suecia!
Mónica y familia