
Por fin los filos abiertos del sable toman forma de una inmensa rodaja de sandía roja granizada de pequeñas pepitas negras. La rodaja comienza su fase creciente y crece, crece en una lucha entre la negra sombra y el brillante amarillo lunático. Crece, crece el suelo lunar amarillo y limpio. Crece, crece venciendo en una hora lo que en el resto del año le lleva siete días.
El suelo lunar ha quedado fuertemente bañado por el "polvohumo" de oro amarillo. Las ráfagas del "polvohumo" rojo dormirán desde la noche del 16 de junio de 2011, la noche que comenzó con el plenilunio y terminó con ese hermoso eclipse rojizo, hasta el próximo 2018. ¡Dios! ¡Cuánto habría disfrutado mi padre!
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