El abuelo, un niño de seis años




Sentado como el niño de seis años que mira el álbum de fotos y a mi lado se sienta otro niño que también cumple seis años... 

Los dos pasamos las hojas y nos reímos, nos reímos mucho, nos reímos de los primeros pasos, de los primeros bailes, del inseguro equilibrio sobre la bici de madera, de la escalera del tobogán, de los ojos abiertos como platos mirando a la hermanita recién nacida, de la voz tierna y suave susurrando "parece un corazón", de los dibujos de locomotoras, de héroes todopoderosos, del busca tesoros, del trepador de árboles, del trabajador de plataformas de piscinas, del acercarse y escapar de la ola. Cuántas, y cuántas cosas hay en este álbum de seis años, cuánta felicidad y cuántos besos…

Besos que no se olvidan, que se llevan dentro de alma, besos que me dan la risa, que me dan el llanto, que me dan la calma.

Besos envueltos de sentimientos, que me alegran, y se llevan el sufrimiento. Besos que me acarician, que se llevan mi cansancio, y renuevan mi vigor. 

Imposible olvidar los besos de este álbum de seis años.
Revivo momentos amables y recuerdos imborrables escondidos en tus besos.

Este abuelo de seis años que repasa y repasa el álbum, quiere mandarte un beso que te llene de alegría, que me acorte la distancia.

Este abuelo de seis años quiere besar como la abuela, que te da un beso muy fuerte que  resuena en tu mejilla, un beso que da suerte, un beso de corazón, que encierra las cosas vividas, que guarda las cosas sentidas. 

Muchas felicidades Óliyierrr...

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