Amaya: un año, sólo un año, tu dedito señala un año, es increíble que en sólo un año… es imposible hacer tanto. Colocar lo que está descolocado. El odioso lunes a tu lado se vuelve viernes, la cuesta arriba se vuelve cuesta abajo, ahora los juguetes están perfectamente descolocados, los grandes cobijan a los chicos, como los árboles del bosque, veis qué bien desordenados están, los grandes dan su sombra a los pequeños, tus juguetes y tus cosas igual, cuántas cosas nos dices a la vez. Besos, aplausos, palmitas, dormir sobre el cojín, la lámpara, allí, allí, siiissiiissss, caminata con los brazos abiertos simulando la barra del equilibrista, increíble pero el taxi cuando te recuerdo aunque ruede libre se vuelve ocupado, se acabó la crisis, con sólo verte las oscuras mariposas del estómago se despiertan iniciando su libre y bamboleante vuelo de color y de alegría.
Besos, aplausos, adioses, da igual el orden, gesto de silencio, pícara y huidiza mirada, de soslayo y de frente, risa y llanto, ruido y silencio, caída y levantada, aplausos, besos, erguida y a gatas, todo está perfectamente calculado, colocado, quiero decir descolocado. La abuela y el abuelo se han adueñado de tu felicidad y hoy, en el día de tu cumpleaños, es un placer, un gusto devolvértela.
Amaya las colocará y no tendréis dificultades en leerlas. Sedadicilef Ayama.
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