¡Qué osadía la mía!


Sueño que Óliver cada día me da de beber un vaso llenito de alegría
sueño que sus negros ojos son como antorchas, que iluminan la negra noche,
el horizonte, el barco, la sirena, el torbellino del viento y su alegre algarabía.

¡¡¡Qué osadía la mía!!!

Quisiera detener para siempre la alborada
de la curva de tus noches y tus días
de tus desesperados cumpledías.

Detener tu invierno, tu otoño, tu verano y tu alegre primavera,
tu esperado, añorado y desesperado día. ¿Y por qué no?
Detener para siempre, tu hermoso, tu feliz y ansiado cumpleaños...

MUCHAS, MUCHÍSIMAS FELICIDADES...

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