Se acercó al borde del agua, y con toda la fuerza que sus endebles brazos consiguieron reunir, impulsó a su muñeca al interior del lago. Se sentó en el suelo y dijo: "A ver si así aprendes y me dejas en paz un rato". Al instante, con los ojos llenos de lágrimas se volvió hacia mí, y con el dedo apuntando a la muñeca que flotaba en el agua, me rogó: "¡Señor! ¡Señor! ¿Puede sacarme a mi muñeca del agua? Porfa, porfa, a usted con su superbastón no le costará nada rescatarla. Porfa, porfa".
Visto y oído en el parque
Se acercó al borde del agua, y con toda la fuerza que sus endebles brazos consiguieron reunir, impulsó a su muñeca al interior del lago. Se sentó en el suelo y dijo: "A ver si así aprendes y me dejas en paz un rato". Al instante, con los ojos llenos de lágrimas se volvió hacia mí, y con el dedo apuntando a la muñeca que flotaba en el agua, me rogó: "¡Señor! ¡Señor! ¿Puede sacarme a mi muñeca del agua? Porfa, porfa, a usted con su superbastón no le costará nada rescatarla. Porfa, porfa".
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